jueves, 21 de mayo de 2009

Jean Piaget: El desarrollo de la inteligencia y la construcción del pensamiento racional.

Los trabajos e investigaciones de Piaget y de los psicólogos de la escuela de Ginebra, de la que ha sido impulsor y máximo representante, cuentan hoy con una historia dilatada de casi setenta años. Desde 1918, en que publica su primera obra con pretensiones ( novela filosófica titulada Recherche); hasta su muerte en 1980, Piaget no deja de investigar y publicar con la ayuda de un nutrido grupo de colaboradores. Cuando se intenta penetrar en el pensamiento de Piaget, es imprescindible conservar esta perspectiva histórica. Mantuvo siempre una coherencia y continuidad sorprendentes a lo largo de estos casi setenta años.

Las primeras investigaciones sobre el pensamiento infantil (1921-1925).

Piaget viaja a Ginebra, donde va a gozar de plena autonomía como director de investigaciones. Comienza una serie de investigaciones dirigidas a precisar el contexto general del desarrollo de las nociones. Estas investigaciones constituyen la base de cinco libros concebidos, en principio, como una introducción a una obra más amplia y, por lo tanto, redactados sin prestar un cuidado especial a los aspectos teóricos. En dos de ellos, se aborda la génesis de las operaciones lógicas (El lenguaje y el pensamiento en el niño, 1923; y EL juicio y el razonamiento en el niño; 1924); en otros dos, la génesis del razonamiento causal (La representación del mundo en el niño, 1926; y la causalidad física en el niño, 1927); y en el quinto, la génesis del juicio moral (El juicio moral en el niño, 1923). Estos libros son traducidos inmediatamente a varias lenguas y conocen una rápida difusión.

Los orígenes de la inteligencia y la revisión metodológica (1925-1935).

En el nacimiento de la inteligencia en el niño (1936), expone el desarrollo de la inteligencia sensoriomotriz desde los primeros reflejos del recién nacido hasta la aparición de la inteligencia representativa (18/24 meses aproximadamente). En la construcción de lo real en el niño (1937), Piaget aborda la génesis de las categorías básicas del pensamiento (espacio, tiempo, causalidad, permanencia del objeto) durante los dos primeros años de la vida del niño. Estos dos libros, junto con La formación del símbolo en el niño (1964), donde se estudia la génesis de la representación (imitación y juego) y el paso de la inteligencia sensoriomotriz a la inteligencia representativa o conceptual, son sin lugar a dudas una trilogía básica para la comprensión de la psicología genética.

El descubrimiento principal de las investigaciones, lo constituye el descubrimiento de la existencia de una verdadera inteligencia previa a la aparición del lenguaje. Hay, pues, una verdadera lógica, previa a la aparición del lenguaje, que hunde sus raíces en la acción.
La acción es la fuente de la lógica, y no sólo de la lógica que caracteriza la inteligencia sensoriomotriz, sino también de la lógica propia de la inteligencia representativa o conceptual, pues los conceptos, los juicios y los razonamientos prolongan, interiorizándolos, los esquemas de acción.
Si a esto añadimos que los primeros esquemas de acción surgen de los esquemas reflejos mediante el doble juego de la asimilación y de la acomodación, tenemos ya la continuidad entre la organización biológica y la organización psicológica, entre las "formas" de la vida y las "formas" del pensamiento.

El estudio de los orígenes de la actividad intelectual tiene también consecuencias importantes a nivel metodológico. EL método clínico, concebido en un principio como esencialmente verbal, tiene que ser adaptado. EL aspecto "clínico", es decir, la verificación de las hipótesis formuladas en el transcurso de las interacciones con el niño, se consigue mediante la variación sistemática de las condiciones en las que se lleva a cabo la observación.
El descubrimiento de una lógica previa a la aparición del lenguaje, de una lógica de la acción, llama la atención de Piaget sobre la importancia de las manipulaciones para el estudio del pensamiento. Cuando en los años siguientes vuelve a abordar el análisis de los mecanismos psicológicos de las operaciones lógicas, el método utilizado ya no será sólo clínico, sino Clínico-Crítico, y los interrogatorios verbales contarán siempre con un material concreto que sirva de soporte a las manipulaciones infantiles.

El desarrollo ontogenético del pensamiento racional.

Acción, esquemas y estructuras.

El elemento que asegura la continuidad entre las formas biológicas y las formas del pensamiento es la acción. Propiedad intrínseca de la organización vital y, por lo tanto, manifestación externa de las formas que adopta dicha organización, la acción es al mismo tiempo el instrumento mediante el cual el organismo humano entra en contacto con los objetos externos y puede, en definitiva, conocerlos.

"Desde la perspectiva del relativismo integral y metodológico de la psicología genética, el objeto sólo existe en tanto que conocido o susceptible de ser conocido en sus relaciones con las acciones del sujeto"
(Piaget, 1957)
"En efecto, sólo conocemos un objeto actuando sobre él y transformándolo (del mismo modo que el organismo sólo reacciona ante el medio asimilándolo, en el sentido amplio del término)."
(Piaget, 1971b, pag. 89)

En la acción, o para ser más exactos, en la interacción entre el ser humano y los objetos, se construyen las formas del pensamiento cuya evolución analiza la psicología genética con fin de cumplir su cometido y mostrar la continuidad entre la vida y el pensamiento.
Toda acción concreta comporta dos aspectos. Un aspecto "particular", circunstancial por así decirlo, que depende de las características peculiares de la situación; para que la acción del sujeto resulte ajustada, debe tener en cuenta las propiedades particulares del objeto sobre el que se ejerce: debe acomodarse al objeto. Pero una acción no es nunca nueva, completamente diferente de las otras acciones posibles que es capaz de exhibir el organismo en un momento determinado; desde el punto de vista del conocimiento, "lo importante es lo que, en cada acción, es transponible o generalizable, es decir, su o sus "esquemas". (Piaget y colaboradores, 1957).
Lo que permite hablar de esquemas, y no de simples movimientos o acciones, es precisamente que éstas últimas conservan una cierta organización interna cada vez que aparecen. El sujeto conoce el objeto asimilándolo a sus esquemas.
En el transcurso del desarrollo, el niño reorganiza y reconstruye sus esquemas, diversificándolos, diferenciándolos, combinándolos, de tal manera que puede decirse que "cuanto más desarrollado está un sujeto, en mayor medida un acto concreto será susceptible de corresponder a una pluralidad de esquemas".
El esquema, verdadero marco asimilador que permite comprender la realidad del funcionamiento cognitivo y, simultáneamente, el ingrediente elemental de las formas del pensamiento, desde las más elementales a las más complejas y elaboradas.

Piaget distingue dos tipos de experiencia, dos maneras de ejercitar la acción, dos maneras de aprender mediante la aplicación de esquemas. Por una parte, en la experiencia física el sujeto intenta comprender propiedades del objeto con el que interactúa aplicándole los esquemas de que dispone, atribuyéndole significaciones, asimilándolo.
Por otra parte, en la experiencia lógico-matemática el sujeto no trata de conocer las propiedades del objeto, sino de experimentar con sus propias acciones, con sus propios esquemas, para abstraer sus propiedades.
Ambos tipos de experiencia, en la medida en que dependen por igual del funcionamiento de los esquemas, son interdependientes, pero constituyen dos vías distintas y complementarias del desarrollo intelectual. A lo largo de la vida, el sujeto no cesará de enriquecer sus conocimientos sobre la realidad mediante la acumulación de experiencias físicas, pero además podrá, gracias a la experimentación con sus propios esquemas, construir estructuras, formas lógico-matemáticas--es decir, coordinaciones o combinaciones de esquemas--que tendrán propiedades diferentes.

El nivel de competencia intelectual de una persona en un momento determinado de su desarrollo depende tanto de la naturaleza y el número de esquemas que posee como de la manera en que dichos esquemas pueden combinarse y coordinarse entre sí. Atendiendo a ambos criterios--naturaleza y modos de coordinación--, la psicología genética concibe el desarrollo intelectual como una sucesión de estadios y subestadios caracterizados por la forma especial en que los esquemas---reflejos; de acción y conceptuales o representativos--se organizan y se combinan entre sí.
Esquemas y estructuras tienen pues en común el ser los instrumentos de la actividad intelectual, pero no se confunden sin más; un esquema: reflejo, de acción, representativo; es un marco asimilador que permite comprender la realidad a la que se aplica; una estructura--de esquemas de acción, de esquemas representativos--es una totalidad organizada de esquemas que respeta determinadas reglas o leyes.




lunes, 4 de mayo de 2009

Vygotsky; Luria y colaboradores en relación al desarrollo de los procesos cognitivos.

Las ideas de Vygotsky y posteriormente Luria y colaboradores; dieron origen a estudios realizados en Occidente sobre la influencia del lenguaje egocéntrico en la resolución de determinadas tareas cognitivas (García Madruga, 1977). Así, Baudichon (1975) encontró que entre los 5 y 7 años, las verbalizaciones espontáneas de los niños durante la resolución de un problema tenían un efecto directo, instrumental en su capacidad de resolverlo. Las verbalizaciones espontáneas cuyo propósito era regular el comportamiento surgían principalmente cuando la tarea era difícil, encontrando una relación significativa con los resultados alcanzados en la resolución del problema. Los niños que emitían más verbalizaciones reguladoras eran los niños más activos, y los que mejores resultados obtenían. Además, encontró qu si se induce a un niño, entre 5 y 7 años, a aumentar sus verbalizaciones, aumentará su eficacia en la resolución del problema; y al contrario, al inducirle a disminuir sus verbalizaciones, disminuye también su eficacia. Estos resultados han sido también encontrados por otros autores como Caron y Caron-Pargue (1976).
Dentro de la concepción de Vygotsky sobre la influencia del lenguaje en la percepción y en los procesos cognitivos, Luria y sus colaboradores realizaron en los años 50 un buen número de investigaciones. La mayor parte están realizadas desde una perspectiva pavloviana, al considerar el lenguaje como "segundo sistema de señales". La base teórica de estos estudios es que el carácter independiente y predominante de este segundo sistema de señales permite a los sujetos establecer nuevas conexiones con gran facilidad, superando la rigidez propia del primer sistema. Así, Liublinskaya (1957) estudió cómo la introducción del nombre de los colores facilitaba el que niños entre 12 y 30 meses pudieran escoger correctamente de entre varias cajitas aquella (la roja) en la que se encontraba un caramelo. Según Luria, esta función del lenguaje "al ayudar a definir las señales necesarias, modifica sustancialmente la percepción del niño y facilita la elaboración de un sistema de asociaciones deferenciadas" (1959a, pág. 74). Mediante la definición verbal de la tarea los niños de 3 y 4 años serían capaces de inhibir las respuestas impulsivas debidas a las impresiones inmediatas y actuar de acuerdo con la regla expuesta verbalmente. El lenguaje permitiría al sujeto liberarse de las ataduras del refuerzo y edificar a partir de las reglas verbales interiorizadas, un "sistema de autorregulación superior". El objetivo final de la autorregulación se conseguiría a través de tres etapas consecutivas. En un primer momento, el lenguaje serviría para poner en marcha la actividad del niño. El lenguaje tendría una función incentiva o propulsora, no siendo posible todavía un dominio de la acción mediante el lenguaje: "La acción del niño es todavía predominante; aunque el lenguaje del adulto ha adquirido ya una función de iniciación, todavía no puede inhibir la acción que ya había sido comenzada y todavía menos se puede esperar; que el niño pase de una acción a la otra" (Luria,. 1959a. pág.48).
Posteriormente el niño podría, ante una orden verbal del adulto, inhibir su actividad, terminando una acción ya comenzada. El lenguaje habría ya alcanzado una función inhibidora. No obstante, el objetivo final, es decir la autorregulación de la conducta del niño por medio de su propio lenguaje, está lejos. Según Luria sólo a partir de los 41/2-5 1/2 años el niño es capaz de comprender instrucciones verbales y comportarse de acuerdo con ellas. En este momento el niño es capaz de utilizar el lenguaje en la preparación y planeamiento de su actividad; el lenguaje es ya un lenguaje de "programación" y no solamente de acompañamiento; el lenguaje ha alcanzado una función preparatoria, reuladora. La próxima fase, según Vygotsky y Luria, consiste en la desaparición de la verbalización que convierte el lenguaje manifiesto en lenguaje interior. El desarrollo del lenguaje lleva, por tanto, del lenguaje socializado al egocéntrico y de este al lenguaje interior, y este desarrollo va unido a una evolución de las funciones del lenguaje que conducen, ya en la fase egocéntrica, a la aparición de la auto-regulación.

Lev Semionovich Vygotsky (1896 - 1934)


El destino de la obra científica de Lev S. Vygotsky es excepcional. En primer lugar, Vygotsky, uno de los más grandes psicólogos del siglo XX, no recibió nunca una educación formal en psicología. Fallecido a los 37 años, sólo pudo dedicar un decenio a su labor científica y no llegó a ver la publicación de sus obras más importantes.

Pero, aun así, Vygotsky, el Mozart de la psicología (como lo llamara el filósofo S.Tulmin), fue el autor de una de las teorías más prometedoras en esta disciplina. Más de medio siglo después de su muerte, ahora que se han publicado sus principales obras, Vygotsky se ha convertido en un autor de vanguardia: “Es indudable que, en múltiples aspectos, Vygotsky se adelantó considerablemente a nuestra propia época”, afirma uno de sus mejores intérpretes (Rivière,1984, pág. 120).

Este fenómeno, harto raro en la historia de la ciencia, puede acaso explicarse por dos factores vinculados estrechamente entre sí: la envergadura y la originalidad de su producción científica, elaborada en periodo relativamente breve, constituyen la prueba palpable de que Vygotsky era un genio. Por otro lado, la actividad de Vygotsky se desarrolló en un periodo de cambios históricos espectaculares: la Revolución de Octubre en Rusia. El sistema psicológico de Vygotsky se basa en una teoría del desarrollo mental ontogenético que a su vez, por muchos de sus aspectos, constituye una teoría histórica del desarrollo individual. Se trata, por tanto, de una concepción genética de un fenómeno genético. De ello cabe extraer seguramente una enseñanza epistemológica: parece ser que las épocas históricas de cambios revolucionarios agudizan la sensibilidad del pensamiento humano y la predisponen hacia todo lo que atañe a la génesis, la transformación, la dinámica, el devenir y la evolución.

La vida y la obra de Vygotsky

Lev Semionovich Vygotsky nació en Orsha, pequeña ciudad de Bielorrusia, el 17 de noviembre de 1896. Tras concluir la enseñanza secundaria en la ciudad de Gomel, a partir de 1912 cursó estudios universitarios de derecho, filosofía e historia en Moscú. Durante sus estudios secundarios y universitarios, Vygotsky adquirió una excelente formación en la esfera de las ciencias humanas (lenguas y lingüística, estética y literatura, filosofía e historia). Ya a la edad de 20 años escribió un estudio voluminoso sobre Hamlet. La poesía, el teatro, la lengua y los problemas del signo y del significado, la teoría literaria, el cine, los problemas de la historia y de la filosofía, interesaron vivamente a Vygotsky mucho antes de que abordara la investigación en materia de psicología. Es importante señalar que su primer libro, que le orientó definitivamente hacia la psicología, se titulaba Psicología del arte (1925).

Nos parece interesante establecer aquí un paralelo con Jean Piaget. Nacido el mismo año que el pensador suizo, que tampoco había recibido una formación de psicólogo, Vygotsky será con el tiempo, al igual que Piaget, el autor de una notable teoría del desarrollo mental. Desde su adolescencia y a lo largo de toda su vida, Piaget se orientó hacia las ciencias biológicas. Esta diferencia de inspiración explica tal vez la que existe entre estos dos importantes exponentes de la psicología del desarrollo: Piaget pone de relieve los aspectos estructurales y las leyes de carácter universal (de origen biológico) del desarrollo, mientras que Vygotsky destaca las contribuciones de la cultura, la interacción social y la dimensión histórica del desarrollo mental.

De regreso a Gomel, terminados sus estudios universitarios, Vygotsky se dedica a actividades intelectuales muy variadas. Enseña psicología, comienza a preocuparse por los problemas de los niños impedidos y prosigue sus estudios de teoría literaria y psicología del arte. Tras sus primeros éxitos profesionales en psicología (ponencias en congresos nacionales), se instala en Moscú en 1924 y pasa a ser colaborador del Instituto de Psicología. En Moscú, durante un prodigioso decenio (1924-1934), Vygotsky, rodeado de un grupo de colaboradores tan apasionados como él por la elaboración de una verdadera reconstrucción de la psicología, crea su teoría histórico-cultural de los fenómenos psicológicos.

Ignorados durante largo tiempo, los escritos fundamentales de Vygostsky y sus actividades profesionales sólo han sido redescubiertos y reconstituidos recientemente, y poco a poco. El lector interesado puede ahora encontrarlos en las dos obras de Levitin (1982), Luria (1979), Mecacci (1983), Rivière (1984) Schneuwly y Bronckart (1985), Valsiner (1988) y, por supuesto, en la antología de textos de Vygotsky en seis volúmenes (Vygotsky, 1982- 1984).

La Contribución de Vygotsky y la psicologís soviética al estudio del lenguaje y los procesos cognitivos.

Las teorias del lenguaje y su relación con el desarrollo cognitivo de Vygotsky fueron desarrolladas dentro de un marco teórico muy distinto del actual. Vygotsky conocía ampliamente los autores occidentales más importantes del momento, como Sapir, Stern, Bühler o Piaget, que eran frecuentemente objeto de crítica en sus escritos. Así Vygotsky critica, en "Pensamiento y Lenguaje", el "intelectualismo" de Stern y Piaget al reducir el lenguaje a la "función simbólica". Su concepción parte de la función social y comunicativa del lenguaje y de su unión con la capacidad de abstracción simbólica: "La función primaria es la comunicación, el intercambio social...esta función estaba disociada de su función intelectual, eran tratadas como si fueran funciones paralelas, sin prestar atención a su evolución estructural"(1934, pág. 26). Para Vygostky el estudio de la adquisión del lenguaje debe ser realizado en el marco de su función comunicativa y social ya que "el primer lenguaje del niño es esencialmente social" (1934, pág. 42). Las primeras palabras del niño sólo serán comprensibles dentro del contexto general de su conducta gestual. La palabra sería un "sustituto convencional del gesto" que tendría un carácter dialogal, situacional, respondiendo al tipo de intercambios realizados por el niño con los adultos y otros niños. El origen del lenguaje estaría en el contacto comunicativo con los demás, y en la actividad práctica del niño sobre el entorno. Esta concepción sobre la función social y comunicativa del lenguaje y sobre el origen dialogal es una constante en la Psicolingüística soviética (Elkonin, 1971; Markova, 1977) y ha sido uno de los cambios más importantes en los estudios occidentales sobre la adquisión del Lenguaje (Bruner, 1975, Bruner y Sherwood, 1981, Delval, 1981).
Quizás las teorías de Vygotsky sobre el lenguaje quedan puestas de manifiesto de forma especialmente clara en su concepción del lenguaje egocéntrico. El habla o lenguaje egocéntrico sería una fase intermedia que conduciría del primer lenguaje "esencialmente social" al lenguaje interno, y no una manifestación concreta del egocentrismo cognitivo del niño preoperacional, como considera Piaget (1923).
Para Piaget el lenguaje es egocéntrico porque el niño no tiene una intención social-comunicativa, sino que está centrado en sí mismo, siendo incapaz de tomar la perspectiva de los otros necesaria para comunicarse. Por el contrario, Vygotsky sostiene que el lenguaje egocéntrico aunque es un lenguaje para uno mismo, tiene un origen social, unas funciones características: "Por lo tanto el primer lenguaje del niño es esencialmente social; primero es global y multifuncional; más adelante sus funciones comienzan a diferenciarse. A cierta edad el lenguaje social del niño se encuentra dividido en forma bastante aguda en habla egocéntrica y comunicativa. Desde este punto de vista las dos formas, tanto la comunicativa como la egocéntrica, son sociales, auque sus funciones difieren" (1934; pag. 42). Vygotsky confirmó que el lenguaje egocéntrico, como ya había estudiado Piaget, se manifestaba entre los tres y los siete años principalmente y tenía su cénit hacia los cinco años; descubrió, asimismo, que el nivel de lenguaje egocéntrico sufría un brusco aumento cuando se introducía alguna dificultad especial durante el desarrollo de la actividad del niño.
El lenguaje egocéntrico está, así pues, unido a la actividad del niño, ayudándole a superar las dificultades que éste encuentra, convirtiéndose en una herramienta para la solución de problemas planteados: "Nuestros trabajos nos indican que el lenguaje egocéntrico no permanece durante mucho tiempo como un simple acompañamiento de la actividad infantil. Aparte de ser un medio expresivo y de relajación de la tensión se convierte en un instrumento del pensamiento en sentido estricto, en la búsqueda y planeamiento de la solución de un problema" (1934; págs. 39-40). El lenguaje egocéntrico tendría ya las mismas funciones que el interiorizado, aunque manteniendo manteniendo la forma del lenguaje socializado. Las concepciones de Vygotsky han sido confirmadas y desarrolladas por Luria y colaboradores (Luria, 1959; Luria y Yudovich, 1959). El lenguaje egocéntrico, resalta Luria; "se halla estrechamente conectado a la actividad práctica", primero como "acompañamiento" y más tarde como "lenguaje de programación".