viernes, 1 de febrero de 2008

Progreso de la psicología social en la década de 1990.


El ritmo de progreso y cambio continuó hasta la década de 1990, pues la psicología social no perdió su sensibilidad por los temas sociales. Desde hace algunos años, los psicólogos sociales saben que la cultura tiene profundos efectos en el comportamiento, de este modo, si la disciplina quería presentarse como interesada en las teorías generales de la conducta social, debía incluir estudios de otras culturas. Varios investigadores (por ejemplo, Berry, 1979, Bond y Yang, 1982, Brislin, 1980, Lonner, 1980, Triandis, 1975) se levantaron como firmes defensores de la necesidad de estudiar la influencia de la cultura en el comportamiento social. Al principio sus esfuerzos no fueron considerados parte central de la disciplina, pero la creciente globalización, en los ámbitos de los negocios, la política y el entretenimiento, así como las cada vez más numerosas aportaciones de psicólogos sociales ajenos a los países de Occidente fomentaron el interés por los estudios transculturales. En esa década de 1990 se publicaron varios libros influyentes dedicados al papel de la cultura en la conducta social (Kitayama y Markus, 1994, Matsumoto, 1996, Triandis, 1994).
En esa década de los noventa, la psicología social amplió sus horizontes para abarcar otros temas sociales importantes. En respuesta al incremento persistente del SIDA en todo el mundo, se ha generado mayor interés en el uso de las técnicas de influencia social para cambiar la conducta social (Fischer y Fischer, 1992).
Los estadillos trágicos de violencia étnica en Yugoslavia, África Central y la ex Unión Soviética estimularon nuevas investigaciones sobre la identidad personal y la importancia de la etnicidad para ésta (Ethier y Deaux, 1994, Sidanius, 1993, Turner, 1987). Con esto no sugerimos que la psicología social sea un campo impulsado únicamente por los temas sociales actuales, pero es importante reconocer que durante su historia ha estado lista a aplicar sus teorías y métodos para comprender mejor los problemas sociales apremiantes del momento. Con frecuencia, estos temas han definido direcciones nuevas y han mantenido la vitalidad y la importancia del campo.
Asi, la psicología social de nuestros días no se concentra ciegamente en los temas prácticos ni se preocupa nada más por los teóricos, sino que representa la coexistencia de las aproximaciones aplicada y básica, ambas renovadas y estimulantes. Aunque se debate-a veces en forma acalorada- cuál es el verdadero método de la psicología social (Gergen, 1989, Zajon, 1989), es de esperarse que surgirá un campo nuevo y más vigoroso de este conflicto filosófico. La investigación básica selecciona nuevas ideas y áreas de estudio del territorio virgen que abren los investigadores en las áreas de la investigación aplicada. A la inversa, el psicólogo cuyo afán es llevar la antorcha de la psicología social al campo de los temas sociales está en posición de aprovechar un conjunto de conocimientos que aumentan con rapidez. Como veremos en el recorrido de esta asignatura, la psicología social actual está representada por variadas preocupaciones, aproximaciones y métodos, cada uno con el potencial de completar y fortalecer al otro.
Elliot Aronson (1989) equiparaba el campo de la psicología social a:
"Una gran carpa de circo en la que se ejecutan simultáneamente muchos números, que en ocasiones se cruzan, entremezclan y superponen. En la carpa circense del mundo, a menudo chocamos unos con otros, nos cuestionamos, nos influimos y definimos mejor los razonamientos de unos y otros para el mejoramiento general del producto último".